sábado, 18 de diciembre de 2010

Titulación universitaria sobre Videojuegos

La Universidad pública española Jaume I de Castellón (UJI) será la primera en ofrecer un título de grado sobre Videojuegos. El próximo año la nueva carrera 'Diseño y Desarrollo del Videojuego y Sistemas Interactivos' se podrá cursar como estudios de grado. La carrera está pensada para formar de manera integral en el diseño y la creación del videojuego. España es el primer país consumidor de videojuegos de toda Europa y, en cambio, sólo crea el 5% de este tipo de productos. Se trata de un mercado con mucha demanda y poca oferta. El consejo rector de la UJI ha aprobado esta misma semana la propuesta del departamento de Informática y ahora comienzan unos trámites de varios meses para conseguir la aprobación de una comisión interna -con personal de la Universidad-, y una comisión externa -con personas del ámbito de los videojuegos, las empresas relacionadas y de otras universidades-, para confeccionar el Plan de Estudios de la carrera. Ese plan estará basado en el curriculo internacional de la asociación internacional IGDA (International Game Developers Association) entidad que intenta orientar sobre los contenidos de las titulaciones de este tipo, porque apenas existen profesionales para cubrir una demanda que se multiplica. La aprobación definitiva depende del Consejo de Universidades y de los filtros de la Generalitat y, a nivel nacional, por parte de la Aneca (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación). En Estados Unidos y en Inglaterra existe ya una larga tradición en referencia a esta carrera universitaria, pero no así en España, donde los estudios se limitan a los másters. Sólo la universidad privada Camilo José Cela de Madrid ha estrenado el grado para este curso, pero nada similar ofrecen, hasta ahora, las universidades públicas que, sin embargo, están muy especializadas en la rama de Informática. Se trata de un gran reto para el mundo académico de la informática, incorporando de manera integral un trabajo creativo que contempla a las bellas artes aplicadas a las nuevas tecnologías.

domingo, 12 de diciembre de 2010

José Val del Omar, un cineasta oculto

José Val del Omar (1904-1982) es un cineasta español prácticamente desconocido. Una exposición que actualmente presenta el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid, titulada: ‘desbordamiento de Val del Omar’ (octubre 2010 – febrero 2011), de visita obligada para todos los interesado por la historia del cine español, permite un acercamiento preciso al personaje y a su obra. Nacido en Granada a principios del siglo XX, su perfil responde a un creador que consideró el cine como un arte mayor, al dedicarse a este medio con pasión, explorando sus posibilidades expresivas. Su obra es exigua, si consideramos las películas que han llegado hasta nuestros días. Por tanto, hablamos de un cineasta excéntrico en el marco de una cinematografía, poco dada al experimentalismo como la española. Desde finales de los años veinte, Val del Omar participó en diversas iniciativas relacionadas con el cine educativo. Al establecerse en Madrid trabó relación con círculos de la cultura cinematográfica y la educación progresista. Desde 1930 formó parte del Comité Español de Cinema Educativo. En 1932 comenzó a trabajar en las Misiones Pedagógicas, presididas por el maestro Manuel Bartolomé Cossío. Fundadas inmediatamente después de proclamarse la Segunda República, esta iniciativa pretendía llevar la cultura a los pueblos más aislados de la España rural, mediante bibliotecas ambulantes, el museo del pueblo con copias de pinturas de los grandes artistas, representando obras de teatro y proyectando películas. Como es sabido en esta iniciativa de divulgación de la cultura colaboraron personas de la talla de Luis Cernuda o Federico García Lorca. El legado artístico de Val del Omar está constituido sustancialmente por sus dos obras maestras Aguaespejo Granadino (1953-1955) y Fuego en Castilla (1957-1960). Val del Omar se refirió a estas películas como cinegrafías libres, documentales abstractos o elementales, que trataban de reflejar el duende de España. Estas dos obras dio en llamarlas Val del Omar ‘Elementales’. Con este término aludía a los elementos de la naturaleza (agua, fuego, tierra), pero también quería hacer referencia a su carácter primigenio. Estos dos ‘elementales’ dedicados a Andalucía y Castilla dan forma al planteamiento formulado en El mensaje diafónico de Granada, una pieza sonora concebida en forma de Auto Sacramental Invisible, que Val del Omar presentó en el Instituto de Cultura Hispánica en 1952. A estos dos documentales siguió un tercero titulado Acariño Galaico, que rodó en 1961, dedicado a Galicia, pero que nunca llegó a editar de manera definitiva. Para ampliar esta información puede consultarse el artículo publicado en la revista Encadenados.