Los relatos y películas de ciencia ficción nos fueron adelantando estos avances y sus consencuencias, entre las cuales hay que señalar sus implicaciones éticas y morales. Valgan como ejemplo, lo que hace años ya nos propusieron películas como '2001: Odisea en el espacio' (1968);'Blade Runner'(1982) o 'AI Inteligencia Artificial' (2001) donde los dilemas éticos estaban en la base de sus tramas.
El uso de algoritmos cada vez más complejos y sofisticados, aplicados a la gestión que las máquinas inteligentes llevan a cabo en campos como la salud, el transporte, la seguridad o la educación exige que nos planteemos las consecuencias éticas de esas actuaciones y que nos preguntemos quien asume las correspondientes responsabilidades. En el mes de abril de este año, la Comisión Europea dio a conocer las líneas maestras delfuturo reglamento sobre los usos de la inteligencia artificial. En este documento se indica que los sistemas implementados presentarán un riesgo bajo o nulo para los ciudadanos europeos, y en todo caso deben garantizarse sus derechos fundamentales.
Los avances imparables de la inteligencia artificial en sus múltiples aplicaciones deben ser compatibles con nuestro sistema ético de valores. Aspectos como el respeto a nuestra privacidad o a salvaguardar nuestra imagen deben tener una garantía para no ser vulnerados. Las dificultades obvias para garantizar unos comportamientos éticos, en función de nuestra trayectoria como seres humanos, nos lleva a plantearnos un importante dilema ético: ¿cabe hablar de buenas y malas tecnologías? Sin duda la respuesta está en nuestras conciencias.
El texto del Parlamento Europeo sobre los aspectos éticos de la inteligencia artificial puede consultarse en el siguiente enlace: https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2020-0275_ES.html