sábado, 14 de diciembre de 2013

El sexismo en el cine







Imagen promocional del filme 'La gran belleza'


El diccionario de la lengua de la Real Academia Española define el término sexismo en su segunda acepción como:  “discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro”. Combatir esta discriminación a todos los niveles resulta necesario, pero son habitualmente las sociedades más avanzadas las que suelen proponer los pasos a seguir. En Suecia, se ha puesto en marcha una iniciativa para identificar la desigualdad de género en el cine.

Según un estudio reciente, entre las 100 películas más taquilleras del año 2011, el 33% de los personajes eran femeninos, y solo el 11% eran protagonistas.  La iniciativa sueca se concreta en el denominado test de Bechdel, que mide la presencia de mujeres en las narraciones cinematográficas. Esta prueba se basa en un test nacido en 1985 que toma como referencia a la dibujante de cómics estadounidense  Alison Bechdel, que en una de sus historias, uno de los personajes afirma que solo ve películas en las que aparezcan al menos dos mujeres hablando entre ellas y en las que la conversación no gire en torno a un hombre.

Esta iniciativa ha nacido en Bio Rio, una pequeña sala de cine alternativo de Estocolmo. Bio Rio y otras cuatro salas del país crearon una clasificación y un logo que indicaba que la película que lo obtenía había superado la prueba de Bechdel. Así, además de medir la violencia o el sexo, el espectador recibe información sobre si la película es más o menos sexista. En Internet  existe una base de datos, The Bechdel Test Movie List, con un listado de películas valoradas en función de estos criterios. Cuando se repasan los títulos de algunas de las películas más taquilleras o más valoradas por la crítica especializada, se constata que la mayoría de ellas no supera esta prueba.

A modo de ejemplo, en la trilogía original de La guerra de las galaxias solo hay tres personajes femeninos con nombre y en ninguna de las tres películas intercambian una palabra entre ellas. De la misma manera, en otra famosa  trilogía, El señor de los anillos, basada en los libros de J. R. R. Tolkien,  ninguna de las tres entregas supera el test de Bechdel, ya que cuenta con varios personajes femeninos relevantes pero no coinciden en ninguna escena, por lo que nunca llegan a intercambiar líneas de diálogo.

A partir del próximo mes de enero, muchos cines suecos secundarán esta iniciativa, que apoya también el Instituto de Cine de Suecia. Sus estatutos establecen que las películas hechas por hombres o por mujeres recibirán la misma financiación. El año pasado se presentó un plan con el que se pretende lograr la igualdad en el cine sueco en 2015.