Manuel Castells acaba de publicar con Marina Subirats, Mujeres y hombres, ¿un amor imposible? (Alianza Editorial). Este libro habla de mujeres y hombres y de sus relaciones, en cualquiera de sus modalidades afectivas, como lo que determina lo esencial de nuestra convivencia. Aporta datos y análisis que nos ayudan a entender de dónde venimos y dónde estamos. Cada autor ha escrito de forma independiente los dos textos analíticos y documentales sobre la condición femenina y la condición masculina con que comienza el libro. A continuación, establecen un diálogo en el que conversan libremente, siguiendo un ligero hilo temático, sobre las relaciones actuales entre hombres y mujeres, y se transcribe el texto de su reflexión sin modificaciones, haciendo al lector cómplice de la conversación.
Con este motivo el periódico El País, ha publicado el domingo 6 de enero una entrevista con este sociólogo español, titulada El poder tiene miedo de Internet. En dicha entrevista el profesor Manuel Castells responde a diferentes cuestiones sobre las consecuencias de los cambios que Internet ha introducido en la cultura y la organización de nuestras sociedades. En sus diferentes respuestas Castells hace un ejercicio de divulgación muy estimable ya que aborda algunos de los conceptos más en boga sobre el papel de las tecnologías de la información y la comunicación en el mundo actual. Además, incide en la desmitificación de algunos tópicos muy extendidos como el supuesto aislamiento de los usuarios de Internet, o la idea de que Internet puede ser un factor de exclusión.
Una de las propuestas más interesantes formuladas por Castells en la entrevista hace referencia precisamente a Internet, en tanto que su acceso pueda convertirse en un factor de exclusión. La argumentación planteada por este investigador es la siguiente:
"El factor de exclusión más importante es y será el acceso al trabajo y a la carrera profesional, y antes el nivel educativo, porque sin educación la tecnología no sirve para nada. En España, la llamada brecha digital está ligada a la edad: los usuarios mayores de 55 años son un 9% del total, pero entre los menores de 25 años, son el 90%. Ahora bien, en la sociedad de Internet, lo complicado no es saber navegar, sino saber dónde ir, dónde buscar lo que se quiere encontrar y qué hacer con lo que se encuentra. Y esto requiere educación. En realidad, Internet amplifica la brecha social más vieja de la historia, que es el nivel de educación. Que un 55% de españoles adultos no haya completado la educación secundaria, ésa es la verdadera brecha digital."
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