Las nuevas tecnologías han propiciado una renovada manera de interaccionar con referentes culturales clásicos como la literatura o el cine. Nuevos soportes como el e-book, los lectores digitales o el iPhone estan propiciando nuevas formas de acceder a los contenidos. Un medio que ha sido menos aludido en su relación con las tecnologías es el cómic.
Los grandes relatos gráficos de hoy y de ayer, como los de Marvel, se pueden leer en unas aplicaciones especiales, como ComiXology, iVerse o Ave!Comics. Los programas ponen a disposición de los usuarios diferentes opciones como zooms dramáticos sobre las páginas y sus detalles, movimientos que recorren las imágenes panorámicas, zonas que se ocultan para resaltar otras, etc. La lectura discurre en suaves barridos y aproximaciones a imágenes y textos a demanda sucesiva del lector, o al tempo que éste marque. Uno de los soportes que admiten estas aplicacoines es el iPhon. los cómics se venden por entregas a precios que oscilan entre 0,6 y 4 euros. De esta forma sus editores perciben al final más que por la venta de la obra en papel.
He rastreado esta cuestión en Internet a partir de un artículo publicado por José Antonio Millán en el último número de Babelia, donde leo: mientras doy un golpecito en la pantalla y el detalle del rifle al sol se va alejando hasta verse todo el desfiladero dominado por el centinela al acecho, y luego se acerca el bocadillo con sus pensamientos. Tal vez estemos aquí en los umbrales de un género inédito, el relato gráfico con propiedades cinemáticas. Una forma novedosa de "leer" los cómics del pasado o imaginar las obras del futuro que combinarán, en dispositivos portátiles, imágenes, texto, movimientos, sonido, interactividades...
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