Leo en la edición digital de El País que Umberto Eco ha publicado su último libro con el título de "No esperéis libraros de los libros", el cual acaba de ser presentado en España. Con esta obra el semiólogo y novelista piamontés sale en defensa de la pervivencia del formato papel frente a los soportes digitales. Su apoyo al libro clásico se argumenta en sólidas razones.
"Los nuevos medios de expresión que han surgido a lo largo de la historia, no han matado, no han eliminado a los anteriores. Así pues ni el cine terminó con el teatro ni la televisión obligó a desaparecer a la radio." (...) "Es cierto", señaló el autor de El nombre de la rosa y de otro medio centenar de títulos, tanto de narrativa como de ensayo, "que desconocemos todavía la dimensión del fenómeno de Internet. Ahora bien, en un libro o en una obra de teatro sabemos quién es el autor o la tendencia ideológica, mientras que Internet se presta a una especia de mermelada comunicativa en la que todos hablan igual como sucedió con las emisoras de radio hace unos años".
"El libro electrónico" no sustituirá a los libros en papel, pero es probable que los soportes digitales releven a los diarios. Está claro que los periódicos ya sufrieron una crisis con la irrupción masiva de las televisiones. A partir de ese momento los informativos de televisión ofrecen las noticias en forma de telegrama, mientras el diario del día siguiente proporciona los temas con la extensión de una carta. Una de las alternativas que se abren para los diarios pasa profundizar en las noticias y generar un debate sobre ellas."
"No sabemos cuánto puede durar un disquete de ordenador. Los llamados discos flexibles han muerto antes de agotar su capacidad de almacenamiento de datos. En la Biblioteca Nacional hay libros que tienen 500 años de antigüedad y si considero los manuscritos he visto algunos ejemplares escritos hace 1.000 años."(...) "En cualquier caso, hemos escrito un libro de 350 páginas para argumentar la larga vida que aguarda al libro en papel".
Sin duda se trata de un posicionamiento llamativo en la era digital. En todo caso, es un punto de vista que yo personalmente comparto, frente a muchos visionarios que proclaman la desaparición del libro convencional en el plazo de pocos años. Creo que llevados por la ola de la tecnologización se dejan tentar por argumentos bastante pobres. Las ideas a favor de lo digital tienen una base cuyo origen lo encontramos fundamentalmente en la ingeniería y el mundo empresarial. Los argumentos a favor del libro de papel surgen de la cultura y sus representantes.
Como apostilla, señalo que la Universidad de Sevilla, mi universidad, ha concedido recientemente a Umberto Eco el doctorado "honoris causa".
1 comentario:
El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos
Hay que decir que la Internet y la tecnología han ampliado y generalizado el saber. Uno mismo se da cuenta de que la información disponible es harto bastante y está a disposición de cada vez más personas. Es un bien en definitiva, no podemos sustraernos de ello. Pero hay algo que se pierde, siempre se ganan y se pierden cosas a lo largo de la historia y la evolución cultural. Me dispongo a dar cuenta de aquellas cosas que se pierden porque son las menos evidentes y las más frágiles, las que de alguna manera hay que apadrinar porque son la otra historia.
Lo veo, y es notable, como las relaciones interpersonales son cada vez más públicas a través de las redes sociales y a la vez más superficiales. Uno no se compromete mucho con el otro. En una conversación por Chat por ejemplo, las relaciones son cada vez más frías, y las reuniones escasas. Cada quien está frente a su pantalla y desde ahí se relaciona. El afecto es posible que esté tomando otro color, ni mejor, ni peor, quizás distante. Lo mismo sucede creo con los libros, la relación con las obras literarias y académicas se está transformando. En la Internet, por ejemplo, la gente sale a cazar una información y no apasionarse con una novela. Los ebooks, por lo pronto, no registran la memoria del lector sobre el soporte, quizás puedan ser marcados, pero no subrayados con el pulso del estudiante o el apasionado. Los libros, en cambio, pueden registrar hasta la huella de sus lágrimas en las hojas… Estamos a caballo de dos edades históricas pienso y me propongo defender la relación de intimidad entre los libros y la gente. Mi argumento es sentimental y no racional, aunque la razón sea la más ponderada siempre. La razón y ya se ha visto, ha sido instrumento del bien y del mal en toda la historia. Por eso me paro sobre el sentimiento, eso que ha sido humus de grandes obras de arte y de expresión humana. ¿Cómo hacer una pintura impresionista con un programa multimedia? La Internet es de amplia comunicación y democracia, pero le falta algo de humano, de calor corporal, de sentir el libro entre las manos y oler el papel. Reitero que quiero apadrinar lo frágil, lo que se va a extinguir y creo que hasta podamos llorar. Estoy llorando, lo estoy. Sí, no es una argumentación válida, racional y fría, es mi simple opinión. Los años pasan y la tecnología avanza, y el ser humano es cada vez más dependiente de eso y menos entre sí. ¡Cuantas manos artesanas se atrofiarán! Temo a lo virtual, a lo sin cuerpo, porque de alguna manera estamos borrando huellas hacia el futuro.
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