La tecnología al servicio de la investigación medioambiental

Este verano durante las vacaciones he tenido una experiencia muy interesante de contacto con la naturaleza. Por primera vez he disfrutado la oportunidad de observar ballenas en su medio natural, concretamente en el entorno de las islas Azores. Esta experiencia me ha motivado para indagar y buscar información sobre estos maravillosos animales, cuya presencia cercana nos permite situarnos en nuestro lugar en la naturaleza. Estudiar sus costumbres, su comportamiento resulta de gran interés, ya que son animales muy poco conocidos, como ocurre en general como muchos aspectos de la vida en los océanos. La tecnología permite encontrar soluciones para avanzar en este tipo de estudios, de manera que cada vez los trabajos pueden ser más sofisticados. Michel André, un bioacústico experto en sonidos de los animales marinos de la Universidad Politécnica de Barcelona ha pasado los últimos 10 años colocando hidrófonos en el lecho marino, en las plataformas de investigación utilizadas para vigilar terremotos y tsunamis. A través de 12 hidrófonos distribuidos por los mares europeos, y tres en Canadá, la web LIDO (Listening to the Deep Ocean Environment) ofrece una transmisión en tiempo real. Un sistema que permite registrar y archivar el ruido submarino a largo plazo para que los investigadores puedan estudiar los efectos de la actividad humana sobre las ballenas y los delfines. En un artículo publicado en el periódico El Mundo Michel André explica en relación a este proyecto: "Ya existía un cableado que conectaba los observatorios europeos en mar abierto para obtener un seguimiento de datos geofísicos y astrofísicos. Este proyecto ha aprovechado la red existente para instalar hidrófonos que captaran sonidos en tiempo real", dice André. "El sistema está conectado a la tierra, y las corrientes de datos de audio a un servidor en el que las señales se analizan y se publican directamente en Internet". Y añade: “Es la primera vez que conseguimos controlar las fuentes acústicas a gran escala, temporal y espacial”. Con más hidrófonos en la red el nuevo sistema podría revelar los efectos de la contaminación acústica sobre las ballenas. Los hidrófonos son capaces de captar el sonido de las ballenas a cientos de kilómetros de distancia, por lo que las instalaciones en diferentes lugares podrían ser utilizadas para localizar la posición de un animal y seguir su curso. De esta forma sería posible determinar si los animales cambian de rumbo en respuesta al ruido, o alteran sus rutas preferidas por nuevas fuentes acústicas como rutas marítimas o puertos. Tener acceso a estos datos a gran escala tiene un considerable valor científico, además de divulgativo.

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